Paisajes
y arquitecturas que parecen reales.
El
ejercicio constistía en montar pequeños escenarios y maquetas en el
plató. Para darles un aspecto natural tuvimos que jugar con la luz,
su dirección, su temperatura, su intensidad...A veces poníamos
filtros de colores delante de la cámara, papeles transparentes
arrugados, vaselina en el objetivo o variábamos la temperatura de
color y la exposición. Con todos estos pequeños „trucos“
conseguimos que pareciese de noche, que hubiese niebla o que fuese un
día muy soleado.
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